Sexo y esclerosis

La expresión “sudar de lo lindo” es ideal para hablar de sexo y esclerosis múltiple. El sexo es lindo y puede hacerle sudar en el mejor de los sentidos, pero si se suda por una causa nada placentera como el estrés, es cuando piensa en el sexo y su esclerosis múltiple (EM). El deseo como impulso o como algo apetecible, puede desvanecerse cuando tener relaciones sexuales y mantener a su pareja satisfecha se convierte en un anhelo, debido a que su esclerosis múltiple le obliga a ser célibe de por vida, debido a los síntomas indeseables que padece.

Encontrará muchos artículos con otras formas “alternativas” de intimar en lugar del sexo y bla bla bla. ¡Sí claro, aceptamos pulpo como animal de compañía y picnic romántico en lugar de sexo! Para los que buscamos un poco más de acción, vamos a sincerarnos hablando del sexo y la esclerosis múltiple.

¡Pero estoy agotado(a)!

De acuerdo, la fatiga es uno de los principales síntomas de la EM y puede hacer que la llama del deseo esté más apagada que una estufa en el Sahara ¿Cómo mantener una vida sexual intensa y satisfactoria cuando nos falla la energía y el deseo decae? La realidad es que lo más idóneo es programar las relaciones sexuales en los momentos del día en que te sientes más descansado(a). Es cierto que lo ideal en el sexo es que sea espontáneo, pero estaremos de acuerdo (y su pareja también) que mejor así que no hacerlo. Una buena sesión matutina de sexo, cuando se suele tener más energía, siempre es una buena manera de empezar el día^[1]. ¡Pruébelo!

¡Tener sexo con espasticidad!

Sí, somos conscientes que ver la palabra sexo al lado de otra como espasticidad suena fatal. Los espasmos representan un gran escollo para que una persona con EM tenga una vida sexual placentera. Sufrirlos en las piernas y los pies en plena faena puede ser francamente embarazoso y muy doloroso. ¡Pero ni mucho menos se rinda! Le recomendamos experimentar probando algunas posiciones nuevas. Ciertas posturas sexuales pueden aliviar su espasticidad ¡y nunca lo sabrá hasta que lo pruebe! Y si esta es la solución, a su pareja seguro que le gustará experimentar e incluso puede ser un aliciente. Tampoco está de más empezar relajando los músculos, pedirle a su pareja que le dé un masaje o lo que su imaginación le sugiera para ponerse a tono. Estamos casi convencidos de que su pareja accederá a la petición, pero si no es así, mejor que lo deje de lado^[2].

No solo sexo, sino buen sexo

Un síntoma habitual (y del que a veces cuesta hablar) de la esclerosis múltiple relacionado con el sexo es la dificultad para alcanzar un orgasmo. Sin entrar en un lenguaje muy científico, la excitación sexual empieza en el sistema nervioso central, donde el cerebro envía mensajes a los órganos sexuales a través de las vías nerviosas. Desafortunadamente, la esclerosis múltiple puede cambiar estas vías y dificultar el proceso de excitación que acabamos de explicar.
Dicho esto, conseguir un orgasmo no es imposible y existen muchas opciones para intentar sacar el máximo partido al sexo. Pero antes de entrar en materia y como el que avisa no es traidor, le advertimos que vamos hablar de lubricantes y juguetes sexuales. Puede que nos ruboricemos^[1].

Como se dice de la libido, si no la usas, la pierdes. Si es una mujer con EM que quiere que sus relaciones sexuales fluyan (nunca mejor dicho), pero se enfrenta al problema de la sequedad vaginal, use productos lubricantes que le brindarán una mayor suavidad y estimulación en el sexo. Los hay de mil sabores, naturales y también con efectos sensuales de calor o refrescantes para intensificar todos sus sentidos. Ya lo ve, tiene para probar.

Otra forma estupenda de tener el control de su vida sexual y sentirse bien con su pareja es el uso de juguetes sexuales. Según la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple de Estados Unidos, «tanto los hombres como las mujeres con EM y sus parejas pueden beneficiarse del uso de formas alternativas de estimulación sexual, como el uso de un vibrador, para superar la lentitud de la excitación y el deterioro de las sensaciones». ¡Eh, y no lo decimos nosotros, lo dice toda una sociedad médica respetable!

Entablar conversaciones difíciles

Como hemos visto, el sexo con EM tiene sus obstáculos en forma de elementos incómodos y francamente embarazosos. Sin embargo, siempre hemos acabado con soluciones y entablar conversaciones abiertas y sinceras con su pareja sobre lo que necesita, lo que teme y lo que quiere, puede hacer que el sexo sea satisfactorio para ambos.
 
A menudo nuestras inseguridades son solo eso... nuestras. Reflejan cómo nos vemos a nosotros mismos, pero ¿reflejan siempre lo que los demás sienten sobre nosotros? No necesariamente. ¿Conoce el personaje de John Slattery en el capítulo de Sexo en Nueva York, «Políticamente erecto»? La honestidad sobre su EM le ayudará a filtrar a los más críticos del grupo^[3].

El resultado final: ¡No se rinda!

Probablemente haya oído decirles más de una vez a sus padres, profesores, entrenadores o incluso jefes algo parecido a «Si al principio no lo consigue, ¡siga intentándolo, una y otra vez!». También es probable que nunca se imaginasen que esa frase pudiera ser utilizada en este contexto, pero no podría ser más cierta. Si el sexo es una parte importante de su vida, dejarlo no es una solución. Siga intentándolo con todas las opciones de que dispone, siga manteniendo la comunicación con su pareja y siga buscando lo que le funciona.

Solo nos queda desearle lo mejor y esperamos que este post le haya motivado a trate de pasar una noche divertida (¡o dos!) esta misma semana.
Y con esto y un bizcocho, recuerde que con EM el sexo mejor a partir de las ocho (¡de la mañana!).