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Mujer escuchando a especialista en cita médica

En muchos casos, la esclerosis múltiple (EM) se diagnostica entre los 20 y los 40 años, una etapa de la vida en la que se suele tomar decisiones importantes, como la maternidad. Se ha investigado mucho sobre la posible influencia del embarazo en la evolución de la EM y hoy se sabe que no comporta mayores riesgos, ni para la futura madre ni para el feto. No obstante, es normal que una mujer con EM se haga miles de preguntas ante la posibilidad de quedarse embarazada.

Una de las dudas más frecuentes es cómo podría influir el embarazo sobre la EM. Por lo general, estar embarazada no empeora la EM con el tiempo. Según la neuróloga Mar Mendibe, del Hospital de Cruces (Bilbao), «el embarazo no empeora la evolución de la EM; no obstante, es cierto que puede haber un aumento temporal de los brotes en los tres meses siguientes al parto. Transcurrido este periodo, la EM vuelve a comportarse según su curso habitual».

Aunque en el puerperio pueda registrarse un aumento temporal del número de brotes, durante el embarazo suele ocurrir lo contrario. Esta es la conclusión a la que se llegó en el estudio PRIMS (PRegnancy In Multiple Sclerosis), publicado en el año 2004 en la revista Brain. Tras estudiar la evolución de 227 gestantes con EM, los investigadores observaron que la frecuencia de los brotes disminuía de forma significativa en el tercer trimestre del embarazo, hasta alcanzar un 70% de reducción con respecto al año anterior. 

El embarazo en una mujer con EM tampoco se asocia a una mayor frecuencia de abortos o efectos nocivos para el feto. Según el Dr. Michel Chofflon, del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Facultad de Medicina de Ginebra, «el riesgo de complicaciones obstétricas es el mismo en las mujeres embarazadas con EM que en las que no padecen la enfermedad».

Una mujer con EM debe plantearse el embarazo como en cualquier otra enfermedad crónica, sobre todo en función del tratamiento que reciba, que en la mayoría de los casos deberá suspenderse porque se desconocen sus efectos sobre el feto. Para reducir los posibles riesgos, la Dra. Mar Mendibe recomienda que las mujeres con EM planifiquen su embarazo siempre que les sea posible y elijan una época en la que se encuentren estables, es decir, que no hayan sufrido brotes recientes.

En definitiva, un embarazo no altera la evolución de la EM a largo plazo ni modifica su pronóstico. Se recomienda planificar el embarazo y tomar esta decisión con el asesoramiento del neurólogo, especialmente si se está recibiendo tratamiento, para que lo revise y haga los ajustes necesarios.

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