Muchas enfermedades neurológicas se parecen entre sí. Tienen síntomas similares, causas parecidas (la mayoría, desconocidas, para qué vamos a engañarnos) y se producen por mecanismos cercanos. Pero son solo eso: parecidas. En este artículo vamos a mostrarte las diferencias y similitudes entre la esclerosis múltiple y el síndrome de Guillain-Barré.
Así es: las dos son enfermedades en las que tus defensas se confunden y, en vez de atacar a los enemigos de fuera (bacterias, virus), la emprenden contra tus propios tejidos. En las dos enfermedades, la diana de los ataques es la misma: la mielina que rodea los axones de las neuronas (aunque en el Guillain-Barré también pueden dañar directamente el axón).
Sin embargo, en la esclerosis múltiple la víctima es el sistema nervioso central (es decir, el cerebro y la médula espinal) y en el síndrome de Guillain-Barré, el sistema nervioso periférico. Este está formado por los nervios, que transmiten la información en dos sentidos: por un lado, llevan las órdenes desde el sistema nervioso central hasta los músculos y, por otro, transmiten la información del entorno (calor, frío, sensibilidad, equilibrio) hasta el sistema nervioso central.
Claro, claro, no lo tiene nadie. En la esclerosis múltiple, se barajan causas como los virus, el déficit de vitamina D o el tabaco, que desencadenarían la reacción anormal del sistema inmunitario en personas predispuestas genéticamente.
Por su parte, el síndrome de Guillain-Barré no parece tener un componente hereditario, sino estar causado por infecciones. El Campylobacter jejuni, una bacteria que provoca gastroenteritis, es el germen más frecuentemente culpable. Otros son el citomegalovirus, el virus de Epstein-Barr, el VIH y el virus del Zika. Unos pocos casos se desarrollaron después de vacunaciones o intervenciones quirúrgicas.
Ambas enfermedades causan síntomas parecidos:
La esclerosis puede causar alteraciones visuales, fatiga, mareo, trastornos de la memoria y dificultad para concentrarse.
La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica que suele cursar en brotes. En el síndrome de Guillain-Barré, los síntomas suelen alcanzar su auge en 2 semanas, para luego disminuir y, en muchos casos, recuperarse por completo poco a poco. Con el tratamiento, el pronóstico es bastante favorable, aunque hay personas que tendrán secuelas de por vida.
Fecha de publicación: 02/2019
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