A pesar de que no existe una dieta específica para la esclerosis múltiple, una nutrición adecuada es fundamental para mantener un buen estado de salud general. Esto es importante para todo el mundo, pero más aún para las personas con una enfermedad crónica como la esclerosis múltiple.
Una alimentación equilibrada debe incluir vitaminas, esenciales para muchas funciones del cuerpo. En ese sentido, es posible que la biotina juegue un papel relevante en la esclerosis múltiple.
¿Qué es la biotina?
La biotina —también llamada vitamina B7, vitamina B8o vitamina H— es una vitamina implicada en el metabolismo energético de las células, la producción de ácidos grasos y el catabolismo (degradación) de los aminoácidos (es decir, los «ladrillos» con los que se construyen las proteínas). También activa las enzimas encargadas de producir energía para los oligodendrocitos, esto es, las células del sistema nervioso central encargadas de producir la mielina… Sí, has leído bien: la mielina, esa sustancia que rodea los nervios y permite que se transmitan los impulsos nerviosos (órdenes) que el cerebro envía. Sí, esa, la misma mielina que se destruye en la esclerosis múltiple.
Por eso, se cree que la biotina puede mejorar la esclerosis múltiple, al estimular las enzimas de los oligodendrocitos que reparan la mielina. Esto permite que se transmitan mejor los impulsos nerviosos a través de los axones de las neuronas. Esta es la teoría. Ahora bien, ¿qué sucede en la realidad?
Los estudios sobre la biotina muestran que…
En el 2015, Sedely otros investigadores realizaron un estudio con 23 pacientes que tenían esclerosis múltiple progresiva. Les dieron dosis elevadas de biotina y encontraron que, en el 90 % de los pacientes, la enfermedad progresaba más despacio y el grado de discapacidad se reducía. Los resultados son alentadores, pero el estudio tenía muchas limitaciones metodológicas.
El año siguiente, Tourbah y sus colaboradores publicaron los resultados de otro ensayo clínico, esta vez con 154 pacientes que se distribuyeron en dos grupos: uno tomó biotina en dosis altas y el otro, placebo (comprimidos de aspecto similar a los de biotina, pero que no contenían biotina). Era un estudio doble ciego; es decir, ni el neurólogo ni el paciente sabían lo que estaba tomando. El objetivo primario se cumplió, ya que se observó una mejoría del grado de discapacidad al cabo de 9 meses y de 12 meses, superior en los pacientes que tomaban biotina (12,6 %) que en los que tomaban placebo (0 %). Sin embargo, el grado de mejoría fue modesto.
En el 2017, Birnbaum y Stulc realizaron un estudio con 43 pacientes y no encontraron mejoría en los pacientes que tomaron dosis altas de biotina durante 1 año. Un tercio de ellos incluso empeoró (seguramente, por culpa de su enfermedad y no de la biotina, aunque los investigadores no pueden asegurarlo).
¿Es segura la biotina?
En los estudios realizados hasta el momento parece que la biotina es segura y no sienta mal. Sin embargo, las investigaciones son insuficientes para confirmarlo.
Lo que sí está claro es que la biotina altera algunos análisis de sangre, por ejemplo, la troponina, una sustancia que se usa para diagnosticar el infarto de corazón. En el análisis puede salir que el nivel es normal (y, por tanto, parece que no hay infarto), cuando en realidad sí que está elevado. También interfiere en la determinación de las hormonas tiroideas: en los análisis puede salir un nivel alto, cuando en realidad es normal.
Por eso, siempre que te vayan a hacer análisis debes informar de que estás tomando biotina. Ten en cuenta que esta forma parte de muchos preparados multivitamínicos, incluidos los prenatales y los que se usan para fortalecer el pelo y las uñas.
Entonces, ¿cuál es la conclusión?
En la actualidad, faltan datos para recomendar los suplementos de biotina en dosis altas para la esclerosis múltiple progresiva. Hay estudios en marcha que aportarán nuevos datos y arrojarán más luz. Hasta entonces, habrá que esperar.
¡Ah! Nunca tomes ni biotina ni otras vitaminas por tu cuenta. Antes, pregunta a tu médico.
Curated Tags