Además de los síntomas físicos y cognitivos, es frecuente que las personas con esclerosis múltiple sufran cambios en el estado de ánimo y en el comportamiento. Aunque no se puedan observar a simple vista, su impacto en la calidad de vida de los afectados de EM es muy grande.
Las dos alteraciones más comunes en personas con EM, que también puede afectar a los familiares, son la depresión y la ansiedad. Aproximadamente, la mitad de las personas con esclerosis múltiple tiene un episodio depresivo severo en algún momento de su vida, una proporción mucho más elevada que en la población general o en personas con otras enfermedades crónicas.
En la depresión se sufre un cambio en el estado de ánimo durante un tiempo largo, que puede ser de semanas o meses. Las manifestaciones pueden ser muy distintas, incluyendo sentimientos de tristeza y culpa, pérdida de interés por las cosas que antes gustaba hacer, descuido del aspecto físico, baja autoestima o aislamiento social. Por todo ello, la depresión afecta a muchos ámbitos, además del personal, ya que se resienten las relaciones con la familia y los compañeros de trabajo.
La ansiedad, por otro lado, es una sensación de pánico y pérdida del control en situaciones diarias. Su forma de manifestarse tiene similitudes con los síntomas de la Esclerosis Múltiple, como sensación de hormigueo, fatiga o temblores. Dos síntomas característicos de la ansiedad son el aumento del ritmo cardíaco y la respiración acelerada (lo que llamamos hiperventilación).
Justo después del diagnóstico de la EM es cuando estos problemas aparecen más frecuentemente; es lo que se conoce como reacción de duelo. Es algo normal, ya que el paciente se enfrenta a una enfermedad desconocida, normalmente a una edad temprana, y para la que no existe cura. Por eso es importante que, después del diagnóstico, el médico haga un seguimiento del estado anímico del paciente.
Los trastornos del comportamiento se pueden prevenir en gran medida. Algunos consejos prácticos que nos ayudarán a controlar la ansiedad y la depresión son:
Tener una vida social activa es importante en la EM. Rodearse de buenos amigos, acudir a eventos y practicar los hobbies que nos gustan, mejoran nuestra calidad de vida y nos mantienen protegidos de la depresión y la ansiedad.
Fecha de publicación: 05/2019
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