Cuando se nos diagnostica una esclerosis múltiple (EM), la forma de enfrentarnos a la enfermedad y adaptarnos a la nueva situación dependerá de diversos factores: del tipo de EM que tengamos (existen diversas formas de EM y cada una manifiesta y evoluciona de forma distinta), de nuestra situación personal (si tenemos familia, si trabajamos…), de nuestros recursos internos para hacerle frente, del apoyo social que tengamos…
Los cambios y los sentimientos de pérdida que suelen aparecen con la EM generan malestar y angustia, y estos sentimientos podrían crear estrés o dar lugar a alteraciones más graves, como una depresión. Para evitar caer en un estado anímico delicado que no nos ayudaría a sobrellevar la enfermedad, sino todo lo contrario, es importante poner en práctica una serie de estrategias que nos ayudarán a sobrellevar mejor la enfermedad y a sentirnos más felices.
Según un equipo de psicólogos pertenecientes a la Fundación Esclerosis Múltiple Eugenia Epalza, en Bilbao, la mejor actitud en las personas con EM es cuidarse; para ello, proponen una serie de consejos para vivir lo mejor posible con EM. Transcribimos algunos de ellos:
- Adoptar una actitud optimista ante la vida. Las personas con EM tienen dos opciones: languidecer y morirse de pena, lamentando su mala suerte, o hacer todo lo que esté en sus manos para combatir la enfermedad, ayudarse a sí mismos y llevar una vida más feliz.
- Aceptar aquello que no podemos cambiar. Nos llevaremos mejor con la EM si aceptamos que de ahora en adelante será nuestra compañera de viaje.
- Llevar una vida lo más saludable posible. Además de alimentarnos de una forma equilibrada y sana, evitaremos consumir tabaco y alcohol, porque pueden empeorar la enfermedad y causar nuevos síntomas que se añadirían a los propios de la EM.
- Llevar una vida activa. Practicar algo de ejercicio físico en la medida de nuestras posibilidades, sin excedernos y descansando el tiempo necesario, nos ayudará a mantenernos en forma.
- Establecer prioridades en nuestro día a día. El objetivo es no gastar energías de forma innecesaria en tareas que no son importantes; intentaremos reservar nuestros esfuerzos para aquellas actividades que realmente merecen la pena.
- Organizar nuestra agenda para llevar una vida lo más tranquila y ordenada posible; para cansarnos menos, intentaremos buscar también la forma de simplificar nuestras tareas.
- Si trabajamos, intentaremos encontrar un equilibrio entre la vida familiar y laboral, para poder compaginar ambas facetas sin que una se entrometa en la otra.
- Dormiremos las horas necesarias. El descanso es absolutamente necesario para recargarnos de energía.
- No dudaremos en solicitar ayuda cuando lo necesitemos. Nadie, ni el ser más fuerte de la tierra, está totalmente libre de necesitar un respaldo alguna vez. Las organizaciones de EM y las asociaciones de pacientes son un buen recurso para obtener información, apoyo y servicios.
- Por último, confiaremos siempre en nuestro médico, ya que es nuestro aliado y busca lo mejor para nosotros.
Referencias:
Fecha de actualización: 10/2018
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