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Hombre sentado en oficina con molestias en el cuello

El dolor es un síntoma frecuente en la esclerosis múltiple (EM), aunque su prevalencia y su importancia varían de unos estudios a otros. La prevalencia del dolor en esta enfermedad es superior a lo que se supuso inicialmente y ya existen series que lo sitúan hasta en más de un 80%.

El dolor afecta de forma importante a la calidad de vida, limitando tanto las actividades cotidianas como la vida laboral. Se asocia a la edad avanzada, duración de la enfermedad, grado de discapacidad, fatiga y depresión.

Existen diferentes tipos de dolor en los pacientes con EM. Entre ellos se encuentran las disestesias en las extremidades, el dolor regional complejo, el signo de L’Hermitte, la neuralgia del trigémino, el dolor asociado a la neuritis óptica, la lumbalgia y la cefalea.

De frecuente aparición, en aproximadamente un 30% de los casos de EM, es el signo de L'Hermitte: sensación de calambre, shock o descarga eléctrica que recorre de arriba abajo toda la columna vertebral y a veces llega hasta los brazos y las piernas cuando se flexiona el cuello hacia delante de manera voluntaria o pasiva.

El signo de L’Hermitte es uno de los síntomas paroxísticos de la esclerosis múltiple: siguen un patrón de inicio súbito, duración inferior a 1 minuto, acaban de forma espontánea y responden adecuadamente al tratamiento médico. Incluye la diplopia, ataxia, disartria, prurito episódico, hemiataxia, signo de L'Hermitte, espasmos tónicos involuntarios o neuralgia del trigémino.

El signo de L’Hermitte es un síntoma pasajero y repetitivo, y no se considera un brote (como tampoco se considera brote al vértigo). También se da en otras enfermedades, como en el déficit de vitamina B12, algunas enfermedades reumáticas o algunos tumores que afectan a la médula espinal.

Ante la aparición del signo de L’Hermitte, si ya te lo han diagnosticado, debes tener paciencia. No tiene más importancia: dicen los enfermos afectados que “uno se acostumbra y pasa al cabo de unos meses”. Intenta mirar más al frente y flexionar menos la cabeza. Pero recuerda que, si se acentúa, sí que deberás consultar con tu médico.

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